Quien tiene un RAEE tiene un tesoro: los móviles de primera generación se revalorizan

Cambiar de teléfono móvil se ha convertido en una práctica habitual, aunque tenga solo dos o tres años de uso. A menudo, al adquirir un nuevo dispositivo, entregamos el antiguo en la tienda a cambio de un descuento, lo llevamos al punto limpio por su obsolescencia, o simplemente lo guardamos como un móvil supletorio para emergencias. Sin embargo, muchos de estos dispositivos terminan olvidados en armarios o abandonados casi sin uso, ya sea por desagrado o porque fueron recibidos como regalo.
Contrariamente a lo que se podría pensar, algunos teléfonos móviles antiguos están experimentando una revalorización similar a la de los coches clásicos. Mientras que la mayoría de los móviles se deprecian con el tiempo, ciertos modelos vintage están alcanzando precios elevados en el mercado actual. Teléfonos como el iPhone original o el icónico Nokia 3310 (en la imagen) están siendo vendidos por sumas que superan incluso a los smartphones más avanzados de hoy en día, convirtiéndose en objetos de deseo para coleccionistas y entusiastas de la tecnología retro. De hecho, el verano pasado, por ejemplo, un iPhone de 2007 se vendió, según recoge LCG Auctions, por la astronómica cantidad de 190.000 dólares (unos 170.000 euros).
Entre los modelos más codiciados se encuentran el iPhone 1, Motorola 8000x, Nokia Sapphire 8800, Mobira Senator, Nokia 7700, Ericsson R290, Nokia 3310, Orbitel Citiphone y Motorola StarTac. Estos dispositivos, que en su momento fueron innovadores o símbolos de estatus, ahora se valoran por su rareza, estado de conservación y relevancia histórica. Por ejemplo, un prototipo del primer iPhone puede alcanzar precios promedio de 11.000 euros, y en algunos casos, su valor se ha triplicado.
El Nokia 3310, conocido por su resistencia y larga duración de batería, es uno de los más exitosos en el mercado de segunda mano, alcanzando precios de hasta 1.500 euros. Este modelo, junto con otros como el Orbitel Citiphone y el Ericsson R290, están siendo altamente demandados debido a su durabilidad y características únicas de la época. Incluso el Mobira Senator, un teléfono móvil que pesaba 10 kilos y solo se podía usar dentro de vehículos, ha alcanzado un valor de 2.500 euros.
La creciente demanda de estos teléfonos vintage no solo se debe a la nostalgia, sino también a la escasez de modelos bien conservados. Muchos de estos dispositivos ya no se fabrican, lo que los hace aún más valiosos en el mercado actual. Además, algunos modelos como el iPhone original han alcanzado cifras asombrosas, vendiéndose en subastas por hasta 190.000 dólares cuando se encuentran en su caja original y con el precinto intacto.
Paralelamente, la tendencia hacia la revalorización de teléfonos antiguos coincide con un aumento en la demanda de dispositivos reacondicionados. Según Back Market, el 14% de los teléfonos móviles en España ya son reacondicionados, y esta demanda está creciendo gracias a precios más accesibles y a los cambios legislativos que facilitan el derecho a reparar. Por lo que si ninguno de tus dispositivos tiene un valor astronómico, por lo menos, como reacondicionado, te puedes sacar un buen dinero.
A pesar de la creciente popularidad de los teléfonos vintage y reacondicionados, la tasa de reciclaje de móviles en Europa sigue siendo baja, con menos del 5% de los dispositivos reciclados. Esto resulta en la acumulación de aproximadamente 700 millones de móviles viejos en los hogares europeos, muchos de los cuales aún podrían funcionar correctamente. Este fenómeno no solo representa un desperdicio económico, sino también un problema ambiental, ya que la producción de nuevos dispositivos consume vastas cantidades de recursos naturales y agua.
El impacto ambiental de prolongar la vida útil de los teléfonos móviles es considerable. Según la Agencia Francesa de Medio Ambiente, un dispositivo nuevo consume 89.000 litros de agua, mientras que un dispositivo reacondicionado reduce este consumo en un 86%, genera un 89% menos de basura electrónica y disminuye las emisiones de CO2 en un 92%. Además, el reacondicionamiento y reciclaje de móviles promueve la creación de empleos locales y evita prácticas laborales nocivas en países exportadores de materias primas.
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