Así se reciclan sábanas desechadas de hotel para convertirlas en camisetas

Una empresa española utiliza sábanas de hoteles desechadas, estropeadas en el proceso de lavado, para la creación de camisetas, una idea basada en el concepto de economía circular con la que ha logrado reciclar un total de dos toneladas de estas prendas empleadas para la ropa de cama.
Pero, ¿cómo acaba una sábana transformada en camiseta? Todo parte de un proceso mecánico para triturar la sábana y se crea la fibra de la que se obtiene el hilo de algodón reciclado, que se mezcla con el hilo de algodón orgánico, con el que más tarde se produce el tejido, explica a Efe el director de innovación y sostenibilidad de Ternua Group, Edu Uribesalgo.
Una iniciativa que se lleva a cabo en colaboración con el Grupo Gureak, que facilita las sábanas inservibles de su lavandería industrial Ikuztegia de Oiartzun, en Guipúzcoa, y Belda y Llorens, empresa de hilatura que ha fabricado con ese material un hilo cien por cien de algodón, mitad reciclado y mitad orgánico.
Se trata, apunta Uribesalgo, de un hilo «muy resistente y completamente sostenible» procedente de unos residuos que, de otra manera, «hubieran acabado en un vertedero». De las dos toneladas recogidas, precisa, se han diseñado siete tipos de camisetas dentro de la colección Primavera-Verano 2022 y, en total, se han producido «aproximadamente unas 10.000 camisetas, que se comercializan a nivel internacional».
«Tenemos todavía muchísimo hilo con el que seguiremos desarrollando nuevos tejidos y diseñando prendas para próximas colecciones», prevé Uribesalgo, quien precisa que «lo ideal es que las sábanas sean de algodón cien por cien, mientras que el color no importa tanto». Y, ¿qué cantidad de sábanas se necesita para elaborar una camiseta? «Es difícil saberlo», manifiesta, aunque «sabemos que de las dos toneladas recogidas podríamos fabricar alrededor de 40.000 prendas».
La intención de la empresa, asegura, es dar continuidad al proyecto y seguir desarrollando nuevos tejidos para elaborar nuevas prendas en próximas colecciones. «En nuestro ADN está minimizar el impacto de nuestra actividad en el medio ambiente al emplear materiales y tratamientos textiles reciclados y sostenibles», indica. Una labor que desde 2015 impulsa una serie de proyectos que fomentan la economía circular al dar solución a diferentes problemas relacionados con residuos, «que se generan en nuestro entorno y con los que fabricamos nuestras prendas».
«Sí, tenemos claro que la sociedad está más concienciada sobre los materiales que se emplean en la ropa que adquiere, sobre todo después de lo ocurrido con la pandemia que nos ha tocado vivir», afirma Uribesalgo. En su opinión, el cambio climático, los impactos de nuestras decisiones, la necesidad de actuar de forma más responsable o la economía circular son términos que han calado y que realmente preocupan a la gente.
Todo ello, agrega, en un mundo repleto de moda rápida, donde la vida útil de los productos es muy corta, donde se destruyen productos que ni siquiera han llegado a su venta después de haber utilizado recursos naturales que son escasos, donde se pierde el valor de las cosas. Por tanto, resulta necesario un cambio hacia un consumo y producción más responsable, ya que el excesivo consumismo actual no tiene sentido ni es sostenible, utiliza recursos que son finitos y genera una gran cantidad de residuos que no son posibles de gestionar, concluye Uribesalgo.
[Esta noticia fue publicada originalmente en EFE VERDE. Lee el original aquí]

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