Aragón: El I Encuentro RENOWAGRO apuesta por el reaprovechamiento de los residuos ganaderos

El encarecimiento de los fertilizantes nitrogenados químicos de uso agrícola (debido a la guerra de Ucrania) está obligando a moverse a administraciones, empresas y agricultores. Urge la necesidad de obtener nuevos abonos para el campo en un momento en que estos productos se han encarecido hasta un 150%, y está en juego la seguridad alimentaria. En este sentido, el gobierno de Aragón ha emprendido diversas iniciativas para conseguir que esta comunidad capitanee los planes para sustituir los fertilizantes nitrogenados industriales convencionales por purines y estiércol, que son abonos orgánicos de probada eficacia y que, una vez estabilizados, van a tener más que nunca una segunda oportunidad.
Las nuevas propuestas en este campo han sido expuestas en I Encuentro Internacional RENOWAGRO, que tuvo lugar en el Palacio de Congresos Expo de Zaragoza, inaugurado por el presidente aragonés, Javier Lambán.
La idea es hacer girar la rueda de un nuevo círculo virtuoso para aprovechar el nitrógeno de los residuos ganaderos, fundamental para hacer crecer las plantas. Sobran purines procedentes de las granjas ganaderas, y existe un fuerte riesgo de que una mala gestión de estos los convierta en un residuo peligroso, que se deposite sin control en los campos y contamine las aguas subterráneas. Y, por otra, parte los precios de los fertilizantes industriales se han hecho prohibitivos; por lo que se dan ahora las circunstancias para aprovechar el valor fertilizante del purín y el estiércol por su contenido en nitrógeno.
“La solución que queremos propiciar, y este es el objetivo de este congreso, es promover el sector de los fertilizantes: usar el purín como fertilizante”, dice Joaquín Olona, consejero de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente. La fórmula buscada no es aplicar purines y estiércol directamente y sin más, pues, para que estos residuos se puedan utilizar con garantías, “deberán ser objeto de transformaciones, con la finalidad de producir un fertilizante nitrogenado alternativos a los convencionales”.
La intención es, pues, lograr que el nuevo producto tenga “las garantías, la calidad y las condiciones” exigibles, de forma que sirvan para sustituir a los fertilizantes minerales obtenidos por métodos industriales, que ya tiene unas garantías de composición y estabilidad preestablecidas. “Es un reto tecnológico, de normativas y organizativo”, sentencia Olona.
El consejero considera que esta nueva línea de acción va a permitir el desarrollo de nuevas tecnologías y poner a punto nuevos procesos industriales que utilicen el purín como materia prima. No se trataría de una aplicación directa, “sino que se debería dar un paso intermedio”. Y tampoco se trataría de que cada ganadero utilizara su propio purín, sino abordar una solución global “más ambiciosa y compleja”.
El consejero Olona admite a la par que la aplicación o el vertido de purines para abonar los campos es “un problema ambiental en Aragón (“no más grave que en otras partes de España o de Europa, pero lo tenemos”), pues se filtran, penetran en el subsuelo y contaminan las reservas de agua subterráneas por un exceso de nitratos que las hace inservibles. Y por eso se muestra convencido de que este nuevo uso del purín puede permitir “afrontar con garantías este problema”.
Aragón, al igual que Cataluña, tiene zonas del territorio saturadas por un exceso de purines que han contaminado las reservas de agua. Olona señala que esta propuesta persigue suplir el uso de los fertilizantes nitrogenados minerales, cuyos precios son ahora prohibitivos debido a la guerra. “El volumen de nitrógeno procedente de purines y estiércol es en Aragón de una 110.000 toneladas y las necesidades que tienen nuestros cultivos es aproximadamente esta misma cantidad”, dice Olona. Si se diera así la solución, “no necesitaríamos importar los fertilizantes nitrogenados”, sentencia. Actualmente, la normativa europea fija un tope para la aplicación de nitrógeno si viene de fuentes orgánicas (purines), precisamente para evitar un exceso de vertido y contaminación, pero no establece un máximo si procede de fuentes minerales.
El presidente Lambán recordó, en la inauguración de este encuentro que el gobierno aragonés, ya ha regulado la gestión de purines ( “nuestro gran problema”), y consideró que ahora se deben producir modificaciones en la regulación estatal, pues la actual normativa “limita mucho” el uso de fertilizantes orgánicos, mientras que “en Aragón se adivinan como la solución más adecuada para encarar el futuro del sector alimentario”. Sustituir los fertilizantes, ha considerado Lambán, “es un imperativo ineludible”, ya que solucionará los problemas de los purines y mejorará la reputación de la ganadería, al tiempo que disminuirá los costes de la producción agraria.
[Esta noticia fue publicada originalmente en La Vanguardia. Lee el original aquí]

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