Un proyecto europeo busca transformar el biogás en una proteína aprovechable en la industria cosmética

El Instituto de Procesos Sostenibles de la Universidad de Valladolid (UVA) se ha unido al proyecto europeo “Deep Purple” que pretende transformar el biogás obtenido de las aguas residuales urbanas y la fracción orgánica de la basuras en productos de valor como la ectoína, una proteína “muy utilizada” en la industria cosmética. Esta iniciativa, financiada por el proyecto Bio-Based industries Joint Undertaking (BBI JU) del Programa Horizonte 2020 y liderado por la empresa española FCC Aqualia, tiene una dotación de 9.527.581,25 euros, acaba de arrancar este mes de mayo y tiene una duración de cuatro años. 
Asimismo, cuenta con un “fuerte” componente industrial, ya que un 700% de los socios son empresas, y la UVA tendrá un “papel fundamental”, ya que se encargará de producir uno de esos productos de valor, la ectoína, una proteína natural que producen algunas bacterias y es “muy utilizada” en la industria cosmética como base para muchos productos como cremas faciales o solares. En concreto, la ectoína que se produzca a partir del biogás obtenido de estas aguas residuales y basura orgánica será utilizada por una de las empresas involucradas en el proyecto para elaborar sus productos cosméticos, según ha informado la institución académica en un comunicado. 
Para ello, el Instituto de Procesos Sostenibles recibirá un presupuesto de 590.425 euros, con los que tendrá que construir dos biorreactores que permitan transformar el biogás en ectoína y que se instalarán en Toledo y en la República Checa. Durante este primer año, los investigadores de este instituto trabajarán en el laboratorio para obtener esas bacterias y extraerán los microorganismos que sean capaces de obtener la ectoína a partir del biogás. En la segunda fase, el objetivo será el diseño y construcción de dos biorreactores de dos metros cúbicos, que se instalarán uno en Toledo y otro en la República Checa para validar el proceso a escala semiindustrial, en cuya pruebas se utilizará gas sintético, mientras que en los biorreactores semiindustriales se trabajará con biogás real. 
Las tareas asignadas al Instituto de Procesos Sostenibles dentro del “Deep Purple” serán coordinadas por Raúl Muñoz, en colaboración con Pedro García Encinas, Raquel Lebrero, Silvia Bolado, Sergio Bordel, Mar Peña e Ignacio de Godos. En el proyecto “Deep Purple” se producirán otros productos debido a esta transformación, como nanofibras de celulosa (materiales de construcción) que sustituirán a los actuales materiales de celulosa con propiedades mejoradas. También se obtendrán biopolímeros, que sustituyan a los plásticos derivados del petróleo y biodegradables. Igualmente, se crearán biofertilizantes, para cuya producción se utilizarán unas bacterias fotosintéticas púrpuras, microorganismos que han dado el nombre al proyecto y que se alimentan de luz solar, así como utilizan las aguas residuales y basuras como fuente de carbono para sintetizar estos bioproductos. 
Por otro lado, las nanofibras se obtendrán con tecnologías físico-químicas, mientras que para la ectoína el Instituto de Procesos Sostenibles utilizará procesos biotecnológicos basados en bacterias metanótrofas, que transforman el biogás en ectoína. Los residuos biológicos urbanos que serán transformados incluyen corrientes de residuos mixtos, la fracción orgánica de los residuos sólidos municipales, las aguas residuales y los lodos de depuradora. Su transformación inicial se hará bajo un concepto de desarrollo de una “multiplataforma de emplazamiento único” basada en biomasa, celulosa y biogás, que permitirá reemplazar las actuales prácticas contaminantes por nuevos conceptos de valor añadido. La valorización de los residuos orgánicos se realizará debido a una combinación “innovadora” de tecnologías de recuperación y soluciones “novedosas” que representan la primera FotoBiorefinería basada en bacterias púrpuras fotosintéticas, la Purple Photrophic.Bacteria (PPB) PhotoBiorefinery. 


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