Un informe advierte de los desequilibrios del sistema alimentario mundial

Apostar por alimentos de temporada, frescos y de producción ecológica, adquiriéndolos a productores locales a un precio justo, es la mejor forma de reorientar el modelo alimentario, base de la salud de las personas y el planeta, según expertos.
Así lo han defendido los expertos que han participado este jueves en la presentación virtual del Observatorio de Salud y Medioambiente de DKV Seguros y la Fundación ECODES ‘Alimentación saludable y sostenible: Claves para convertir la alimentación en la palanca de cambio del mundo que queremos’, un informe que recoge 26 artículos de especialistas en responsabilidad social y empresarial sobre la alimentación. En este encuentro, conducido por la asesora ejecutiva de ECODES, Cristina Monge, la moderadora ha subrayado que “la salud del planeta y de las personas es un binomio indivisible”, como “demuestra la simultaneidad de las crisis climática y sanitaria”.
Prueba de la amenaza que afronta el planeta es que “ya hemos cortado la mitad de los árboles en todo el mundo para crear espacios para la agricultura”, ha explicado el consejero delegado de DKV, Josep Santacreu, lo que ha provocado “un cambio de cultura alimentaria que ha modificado la tierra y la calidad de la alimentación de las personas”. Santacreu ha recordado que “vivimos una situación de extremos” en la que “820 millones de personas pasan hambre y 2.000 millones sufren hambre oculta o falta de micronutrientes” pero, al mismo tiempo, otros “2.000 millones padecen sobrepeso u obesidad”. Por ello “tenemos el gran reto de acabar con el hambre y frenar la hecatombe climática” y ambos desafíos pasan por “replantearse el modelo alimentario”. 
El catedrático en radiología y medicina física de la Universidad de Granada, el doctor Nicolás Olea, ha intervenido también en la presentación para advertir de la amenaza de los disruptores endocrinos de origen alimentario, “hoy más abundantes que los procedentes de los pesticidas tradicionales”. Esto se debe a “los tratamientos postcosecha y el envasado de los alimentos”, que incorporan contaminantes químicos que “modifican el equilibrio hormonal del organismo y provocan enfermedades como diabetes, obesidad o infertilidad“ además de una mayor recurrencia de “cánceres de próstata y de mama”. Olea ha insistido en que “la comida no es un trámite, en ella reside la salud”, por lo que ha recomendado consumir productos de temporada, para eliminar los conservantes, y frescos, para evitar el embalaje.
La nutricionista especializada en proyectos de alimentación, Noemi García, también se ha mostrado a favor de “un menú de salud planetaria” con alimentos de producción local, que ahorran combustible, y de origen ecológico, para favorecer el empleo verde. Estos productos pueden adquirirse directamente en las fincas o lonjas de los propios agricultores en los entornos rurales o bien en mercados alimentarios, cooperativas o superficies comerciales donde se pueda comprar a granel en las ciudades.
El director de Enraíza Derechos, José Mª Medina Rey, ha añadido que los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, y en concreto el número 2 que hace referencia al “Hambre Cero“, ya que busca erradicar todas las formas de hambre y desnutrición, engloban “todos los actores, recursos y procesos de producción” para acometer las necesarias transformaciones “sociales, económicas y ambientales”. El director de ECODES, Víctor Viñuales, finalmente, ha asegurado que la crisis climática “está muy relacionada con lo que pasa en nuestro frigorífico; podemos defender la Amazonía desde nuestro comedor”.
[Esta noticia fue publicada originalmente en EFE VERDE. Lee el original aquí]


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