Un estudio de Metal Packaging Europe pone de relieve la reducción de la huella de carbono en las latas de aluminio

La industria de las latas de aluminio es cada vez más ecológicamente sostenible. Así lo afirma Metal Packaging Europe, la asociación de productores europeos de envases metálicos rígidos y sus socios de la cadena de suministro, con la difusión de los datos obtenidos tras una evaluación del ciclo de vida de las latas de aluminio para bebidas. Un estudio realizado por RDC Environment y revisado por Solinnen en el que han participado empresas que cubren hasta el 87% de los mercados europeos relevantes, incluyendo varias compañías españolas.
El estudio se ha centrado en las latas de aluminio en sus formatos de 25, 33 y 50 cl. Empleando los últimos datos disponibles (correspondientes al año 2016), el estudio ha recorrido el ciclo de vida de las latas de aluminio para bebidas producidas en Europa, desde la extracción de las materias primas hasta el fin de su vida útil, pasando por su fabricación.  Comparando los resultados con los datos que se obtuvieron del estudio sobre el año 2006, el estudio registra reducciones significativas en las emisiones de CO2 equivalente. En definitiva, la huella de carbono se ha reducido en un promedio del 31%, lo que confirma el compromiso de la industria por aminorar las emisiones, y por disociar el incremento de la producción de una huella ambiental también mayor.  Los elementos principales que han hecho posible este progreso han sido las continuas mejoras en los procesos de fabricación del aluminio, así como la reducción en el peso de los envases, y el incremento de la tasa de reciclaje de las latas.
La AEA y las empresas a las que representa suscriben este compromiso. En este sentido, el Secretario General de la Asociación Española del Aluminio (AEA), que representa a más de 600 empresas del sector, Jon de Olabarria, ha dicho que se trata de “datos que nos enorgullecen, con los que estamos satisfechos, que nos animan a continuar con nuestro compromiso medioambiental, mayor a cada día que pasa. Unos datos y un importante progreso que nos congratulan, pero que creemos aun mejorables a medida que logramos pequeños y grandes avances con la tecnología”. Desde la AEA insisten en que su objetivo es el de “reducir nuestra huella de carbono en los procesos de producción, transformación y reciclaje del aluminio en todas sus formas, y no solo en las latas”.
Según los resultados del estudio, para el formato más común (el de 33 cl.), la reducción del impacto ambiental en el período comprendido entre 2006 y 2016 fue del 33%, gracias a una reducción en el consumo eléctrico y de energía del 35%, y al aumento del 50% en la tasa de reciclaje de los envases de aluminio en el continente; una cifra que, según los últimos datos, ya asciende a más del 73%. Acerca de la tasa de reciclaje de latas de aluminio, esta ha seguido aumentando hasta el 74% gracias a esquemas de reciclado bien desarrollados y a la activa participación de los consumidores. La AEA confía en que se lograrán reducciones aún mayores gracias a las mejores tasas de reciclaje en toda Europa, y especialmente en España. Debemos señalar que las latas de aluminio para bebidas son envases de un solo material, lo que las hace fáciles de recoger, separar y reciclar.
Olabarria señala que datos como estos confirman el valor y la idoneidad del aluminio como material sostenible en un momento crucial e inaplazable para la conservación del medio ambiente, dada la propiedad que tiene de ser un material infinitamente reciclable sin que pierda sus propiedades o su calidad a lo largo de la repetición de este proceso. Todo ello hace que, además, “se trate de un material que se adapta perfectamente al concepto de Economía Circular”, en palabras de Olabarria.
Según los datos más recientes de la Asociación Europea del Aluminio (EA), la huella de carbono de la producción de aluminio primario en Europa es de unos 7 kg CO2e por kilo de aluminio producido, en comparación con un promedio mundial de 18 kg CO2e por kilo de aluminio. En el caso de China, el promedio es de 20 kg CO2e por kilo. Entre los avances desarrollados en el proceso de producción primaria del aluminio, destacan el uso de energía renovable y la mejora continua de los métodos de producción, algo que, apunta Olabarria, “favorecerá que el sector en Europa alcance el objetivo de tener una huella de carbono neutra en los próximos años”. 
Conviene recordar que la AEA registró el año pasado la Declaración Ambiental de Producto (DAP/EPB) de los perfiles extruidos fabricados en España, emprendiéndose un camino marcado por la transparencia y el compromiso con la sostenibilidad. Una certificación que también esperan conseguir a lo largo de este año para las ventanas de aluminio.
La AEA es una asociación sin ánimo de lucro que desempeña la adecuada representación de la industria española del aluminio (desde empresas de extrusión, hasta de tratamientos de superficies y distribución) y que vela por la defensa de sus intereses globales. La Asociación representa a unas 650 empresas que dan empleo a más de 8.000 trabajadores de forma directa. 


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