Un equipo español diseñará un atlas interactivo para prever la evolución del cambio climático

El Instituto de Física de Cantabria (IFCA, centro mixto UC-CSIC), en colaboración con el Departamento de Matemática Aplicada y Ciencias de la Computación de la Universidad de Cantabria, está coordinando uno de los proyectos más relevantes del próximo informe, el sexto ya, del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) de las Naciones Unidas: un atlas interactivo que permitirá conocer los escenarios climáticos del futuro.
Tras un año trabajando, el grupo de veinte personas que lidera José Manuel Gutiérrez Llorente ha elaborado ya dos borradores del informe, que se somete a la revisión tanto de científicos como de los gobiernos. “Cada producto tiene que validarse”, lo cual supone responder uno a uno los miles de comentarios que hacen los revisores en un proceso “muy garantista”, explica el experto. 
“Es por eso que costó que se aceptara hacer un producto interactivo, pero finalmente convencimos de su necesidad y ahora hay mucha expectación con este producto”, añade. Y es que el atlas aporta dos ventajas frente a informes anteriores, basados únicamente en documentos estáticos: permite consultar los mapas de forma flexible, eligiendo zona y periodo temporal o estación, y trata de facilitar que la información llegue a la gente, ya que su interfaz es mucho más atractiva. “También estamos abanderando la ciencia abierta: cada figura en el atlas interactivo lleva metadatos que explican cómo se ha hecho, siendo así reproducible, lo que es un hito en el ámbito del IPCC”, comenta Gutiérrez.
El resultado final verá la luz en abril de 2021 y permitirá consultar las variables básicas del cambio climático (precipitación, temperatura, viento) a través de unos conjuntos de información que estarán alojados en el Servicio de Datos Climáticos de Santander, coordinado por Antonio Cofiño, y en el sistema cloud del IFCA. A estos sistemas se une el supercomputador Altamira, que permite realizar simulaciones regionales de la mano de otro miembro del Grupo de Meteorología, Jesús Fernández.
En este campo “hay que pisar sobre metodología sólida y tener la tecnología adecuada para lanzar la computación necesaria que haga los estudios fiables”, explica Gutiérrez. Tratándose como se trata de un escenario complejo, toda la información de base depende de grandes iniciativas colaborativas, como CMIP (marco experimental de modelización) o CORDEX, un entramado cuyo fin es anidar modelos de alta resolución para obtener un detalle mayor del clima regional (entre 10 y 40 kilómetros), necesario para analizar lo que va a ocurrir, por ejemplo, en Cantabria.
Para todo ello hay que afrontar el reto computacional que implica “considerar una cantidad enorme de datos” para este atlas interactivo. De los 500 supercomputadores más potentes que hay actualmente en el mundo, 50 corren exclusivamente modelos como los climáticos, lo que supone varios petabytes (1015 bytes) de información almacenados en varios centros, entre ellos el IFCA y la UC.
José Manuel Gutiérrez es uno de los dos españoles que coordina algún capítulo del sexto informe del IPCC (autores de nuestro país hay otros 15) sobre el cambio climático. Los escenarios conocidos de aquí al año 2100 hablan de una subida promedio de las temperaturas de entre 6 y 7 grados si no hacemos nada, y lograr que “solo” sea de entre 1,5 y 2 grados sería el objetivo marcado en la Cumbre de París.
[Esta noticia fue publicada originalmente en InnovaSpain. Lee el original aquí]


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