Soluciones Basadas en la Naturaleza o cómo cambiar el futuro de las ciudades

Parques urbanos que funcionan como zonas inundables cuando hay grandes tormentas y retienen el exceso de precipitación; suelos permeables en las ciudades, uso de arbolado para disminuir la insolación en los meses de verano, techos o fachadas verdes en los edificios, sistemas de captación de aguas pluviales en las edificaciones, restauración de zonas verdes en las urbes… ¿Ciencia ficción? En absoluto. 
Trabajar de la mano de la naturaleza en lugar de aplicar soluciones duras y basadas en el cemento es la nueva tendencia en la gestión de espacios urbanos, entornos que se ven sometidos cada vez más a las presiones del cambio climático. Las olas de calor o las precipitaciones torrenciales y fuera de tiempo dejan obsoletas algunas de las infraestructuras rígidas de otro tiempo diseñadas para otros escenarios. Este enfoque, tan en boga ahora mismo, tiene un nombre: Soluciones Basadas en la Naturaleza (SbN). Ha irrumpido con fuerza en el campo ambiental para referirse a aquellas acciones que se apoyan en los ecosistemas y los servicios que estos proveen para responder a los desafíos de gestión del entorno.
El enfoque tradicional en la configuración de nuestro entorno urbano es confiar en estrategias tecnológicas en lo que se conoce como medidas grises. Un enfoque alternativo es aplicar medidas que administran los sistemas socio-ecológicos de manera integral para sostener, y potencialmente aumentar, los beneficios que aportan los ecosistemas, como son la generación de oxígeno, la regulación de las temperaturas o el control del ciclo del agua. Esto puede suponer mejoras de la salud, la calidad de vida y la economía de las personas. Este tipo de soluciones verdes, que toman como protagonista a la biodiversidad, se conocen como Soluciones basadas en la Naturaleza, o SbN.
El término fue presentado a finales de la década del 2000 por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y el Banco Mundial, y, posteriormente, por los responsables de formular políticas en la Unión Europea (UE), especialmente la Comisión Europea. En realidad, se trataría de completar los enfoques de ingeniería y arquitectura y enriquecerlos con una nueva visión, que permita aplicar dinámicas o ideas de la propia naturaleza para gestionar, proteger o restaurar entornos naturales o modificados. El objetivo de estas soluciones es que contribuyan al bienestar humano y beneficien la biodiversidad. 
A finales del año pasado, la Fundación Conama y el Centro de Cooperación para el Mediterráneo de la UICN lanzaban el primer Observatorio de Soluciones Basadas en la Naturaleza en España. El observatorio recogerá los proyectos que se aplican en toda España en una plataforma que ya está activa y que pondrá como referencia iniciativas y casos de éxito. Se trata de recopilar herramientas de gestión que imitan el comportamiento de los ecosistemas naturales para solucionar problemas relacionados con la gestión urbana o del territorio, como la adaptación al cambio climático, el agua, la seguridad alimentaria o la calidad del aire.
Además, el observatorio identificará los principales especialistas en la materia para crear una red de expertos y fomentar así las experiencias que se puedan implantar en otros territorios. “Es un concepto nuevo que tiene muchas implicaciones ambientales, sociales y económicas”, explica Andrés Alcántara, de IUCN Mediterráneo, una de las entidades impulsoras de la iniciativa. Según Alcántara, para que un proyecto pueda catalogarse como SBN debe cumplir criterios concretos. Desde luego, está el empleo de recetas naturales pero siempre en conjunción con la tecnología, además de una triple aspiración ambiental, social y económica y una visión ecosistémica y de paisaje del lugar donde se llevan a cabo.
Puede parecer un concepto teórico, pero se puede palpar ya en numerosas realidades y ejemplos. Por ello, el observatorio ha seleccionado algunos casos emblemáticos. Entre los casos que ya recoge el recién creado observatorio figuran, por ejemplo, el del Parque inundable la Marjal en Alicante, que ya ha demostrado su eficacia salvando a la ciudad de problemas de gestión de precipitaciones torrenciales. Otro ejemplo es la renaturalización del río Manzanares en Madrid, un caso emblemático de recuperación de biodiversidad en la ciudad, que gracias a la cooperación entre entidades de la sociedad civil y el Consistorio ha devuelto la dinámica fluvial, enriquecido la presencia de naturaleza en la ciudad y devuelto un espacio de disfrute a los ciudadanos.
El técnico de la Fundación Conama y coordinador del proyecto de Observatorio de Soluciones Basadas en la Naturaleza en España, Víctor Irigoyen, destaca que las soluciones basadas en la naturaleza están “ganando relevancia” porque ayudan a aumentar la resiliencia del territorio y ciudades, con el menor impacto ambiental y aportar valor en generación de empleo local, además de contribuir a la conservación de la biodiversidad y mejorar nuestra salud. “El Observatorio de Soluciones Basadas en la Naturaleza tiene como primer objetivo consolidar una comunidad para los expertos en el desarrollo de estas herramientas en España”, afirma.
El pasado mes de noviembre de 2020, la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, defendía las soluciones basadas en la naturaleza como “clave para reducir los riesgos asociados a la crisis climática”. Durante su participación en la I Conferencia Ibérica para la Adaptación al Cambio Climático, que se engloba en el proyecto LIFE Shara “Hablamos de soluciones pensadas para que nuestros sectores socioeconómicos las integren desde el primer momento en su planificación estratégica, en su modelo de negocio, que significa desarrollar su actividad en un contexto climático distinto”, ha puntualizado la ministra.
Ahora mismo, explica Alcántara, de la IUCN, hay dos líneas a nivel internacional que están liderando las soluciones basadas en la naturaleza, como son el cambio climático y el agua y el cambio climático en relación con las ciudades. “Son iniciativas como el empleo de soluciones basadas en la naturaleza para paliar el efecto isla de calor urbana o la creación de refugios ambientales en la ciudad, como podría ser por ejemplo el uso de tejados verdes con especies autóctonas. Otra gran línea a nivel internacional es la utilización de soluciones basadas en la naturaleza para el mantenimiento de la calidad del agua en espacios urbanos, como sería por ejemplo el drenaje ecológico para recuperar aguas en la ciudad, lo que permite evitar inundaciones y por otro lado da una salida a un recurso natural en el medio urbano”, explica Alcántara.
La UE establece que las SbN están “inspiradas y respaldadas por la naturaleza, que son rentables, que simultáneamente proporcionan beneficios ambientales, sociales y económicos y ayudan a construir la resiliencia”. Estas soluciones brindan más diversidad y procesos naturales a las ciudades y paisajes marinos, a través de intervenciones localmente adaptadas y eficientes en el uso de los recursos. Actualmente, las SbN ofrecen un amplio abanico de medidas en las que las administraciones locales están encontrando una nueva forma de afrontar los retos de la Agenda Urbana Española, una alternativa para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de forma sinérgica con las Metas de Aichi de protección de la naturaleza y capaz de hacer nuestras ciudades espacios más sostenibles, saludables y humanos.
[Esta noticia fue publicada originalmente en El Ágora. Lee el original aquí]


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