Por un mundo sin "basuraleza"

Una nueva palabra gana fuerza a la hora de alertarnos sobre los peligros de tirar basuras en ecosistemas marinos y terrestres. Se llama basuraleza y hace referencia a los residuos generados por el ser humano y abandonados en la naturaleza. Bolsas de plástico, pinturas, cosméticos y otros muchos compuestos químicos ponen en riesgo la vida de miles de animales y plantas en todo el planeta ¿Quieres conocer mejor esta nueva amenaza ambiental? 
Hace unos días, un periodista que colombiano daba a conocer la historia de una tortuga caguama (llamada en España tortuga boba) que había nacido en el parque natural de la Ensenada de Utría con dos cabezas. Después de consultar con varios especialistas e intercambiar algunas imágenes que ahora comparto con vosotros, Albear Medina, periodista de la televisión de Bahía Solano, llegaba a la conclusión de que el pequeño galápago tenía muy pocas probabilidades de sobrevivir. “Cuesta creer que esto esté ocurriendo a orillas del Pacífico. Nuestras playas están limpias y llenas de vida, sin embargo, hay animales marinos como la tortuga caguama que hemos encontrado el otro día en la Ensenada de Utría que están ingiriendo sustancias químicas muy peligrosas para su salud y la de sus crías, provocando alteraciones hormonales, cambios de sexo e incluso mutaciones genéticas en época de reproducción”.
La tortuga boba es una especie marina en peligro de extinción, pero no es el único caso afectado por la basuraleza. El oso marino del ártico o la pardela balear, por poner ejemplos a miles de kilómetros de distancia, tampoco escapan a esta catástrofe ambiental que amenaza, de forma sigilosa, los entornos naturales de todo el planeta. Un reciente estudio del Instituto Alfred Wegener para la Investigación Polar y Marina cifra en unas 1.400 las especies marinas y acuáticas afectadas por la basuraleza. El informe también destaca que el 90% de las aves marinas han ingerido alguna vez restos de plástico procedentes de bolsas de film o cualquier otro envase.
El problema de la basuraleza no termina en la isla de plástico del Pacífico ni en las escombreras ilegales que siguen existiendo en mucho países del mundo. “La basuraleza también es cada colilla, cada papel de aluminio para el bocata o cada envoltorio que se abandona en la naturaleza. Ese acto puede tener efectos directos, por ejemplo en la degradación o destrucción de hábitat, e indirectos, ya que la presencia dispersa de basuraleza en casi cualquier ambiente puede convertirse en una fuente de contaminación difusa, a menudo invisible, pero de consecuencias impredecibles a gran escala”, explica Federico García, responsable del área Social de SEO/BirdLife, una de las dos entidades, junto a Ecoembes, que ha puesto en marcha el Proyecto Libera para concienciar a la población sobre los peligros de la basuraleza.
“Todavía estamos a tiempo de revertir esta situación”, afirma Nieves Rey, directora de Comunicación y Marketing de Ecoembes. “Con basuraleza queremos intentar llegar a toda la ciudadanía, que comprendan la gravedad de esta problemática que ya está presente en cualquier ecosistema del planeta”.


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