Más de 150 líderes empresariales piden a Europa más ambición climática

La Europa empresarial quiere acelerar la transición ecológica. Después de que la Comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo haya aprobado aumentar la ambición climática para 2030 y reducir en un 60% las emisiones de gases de efecto invernadero y tan solo un día antes de que la comisaria europea, Ursula von der Leyen, pronuncie su discurso anual sobre el Estado de la Unión, más de 150 grandes empresas, inversores y redes empresariales, entre los que se encuentran Microsoft, IKEA, Deutsche Bank, Unilever, H&M, Google, EDF, Suez y Apple, han pedido en una carta abierta a los líderes de la UE que respalden la ambición establecida en el Pacto Verde Europeo y reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero en al menos un 55% para 2030.
“Lo que necesitamos urgentemente ver a continuación es una implementación ambiciosa del paquete de recuperación centrada en lograr una transición verde y digital, con el Pacto Verde Europeo en su núcleo y un objetivo elevado de reducción de emisiones a corto plazo en la mira”, aseguran los firmantes de la carta, que responden a una iniciativa liderada por el European Corporate Leaders Group (CLG Europe), un grupo intersectorial de empresas europeas que trabajan para lograr la neutralidad climática. El objetivo no es otro que abordar los impactos de la pandemia de coronavirus al mismo tiempo que se sientan los cimientos para que la recuperación económica sea más resiliente al clima y regenerativa.
Por el momento, la carta indica la diversidad del apoyo empresarial europeo para una mayor ambición climática, con empresas de sectores que incluyen manufacturas, industria pesada, finanzas, bienes de consumo, generación de energía y tecnología apoyando el objetivo del 55%. Y es que, actualmente, la UE mantiene una meta de recorte de emisiones de dióxido de carbono (CO2) del 40%, pero desde la Comisión se ha advertido que se trata de un objetivo insuficiente para alcanzar en 2050 la neutralidad climática, una idea central con la que coincide la élite inversora europea. La propuesta del 60% que ha avanzado la Eurocámara va en este sentido, pero queda todavía la parte más difícil: poner de acuerdo a los líderes de 27 países que conforman el Consejo Europeo.
“Tomar las decisiones correctas ahora puede ayudar a crear y proteger comunidades saludables, prósperas y justas” asegura la carta, que hace especial hincapié en la necesidad de tener “una hoja de ruta clara sobre cómo va a ser la transición a la neutralidad de carbono”, así como los calendarios para cada sector. Según los líderes empresariales europeos, una estrategia bien definida “proporcionaría la confianza necesaria para invertir de forma decisiva al ritmo y escala necesarios para reducir las emisiones, crear empleos verdes decentes, impulsar la innovación y acelerar la reconstrucción de países resilientes sin emisiones de carbono.”
La carta afirma por otro lado que el aumento de la ambición climática para 2030 “también debe expresarse en un aumento de la Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC)”, es decir, los planes concretos de reducción de emisiones que deben de ser enviados a la ONU antes de finales de 2020. Según estos grandes inversores, “el liderazgo demostrado por la UE, incluido el compromiso continuo con el Acuerdo de París, actualizando su NDC a los niveles más altos posibles y esforzándose por limitar el calentamiento a 1,5 grados, puede servir para alentar a otros países a hacer lo mismo“.  Y es que solo mediante una acción europea fuerte se puede “contribuir a un régimen global ambicioso, en lugar de un panorama político fragmentado que obstaculiza la inversión y la entrega de las soluciones que necesitamos”.
En la carta, los líderes empresariales también aseguran entender los riesgos que plantea el cambio climático y la pérdida de biodiversidad para sus negocios y explican cómo están trabajando “para desbloquear el cambio en sectores económicos clave”. Por un lado, los inversores, los bancos y las aseguradoras están trabajando cada vez más para hacer que sus carteras de activos sean sostenibles, mientras que más de 900 grandes empresas están tomando medidas climáticas basadas en la ciencia, de las que 400 han aprobado objetivos basados ​​en la ciencia. “Estamos invirtiendo fuertemente en energía limpia, eficiencia energética y electrificación, reduciendo las emisiones en las cadenas de valor y el ciclo de vida de nuestros productos, y desarrollando mejores prácticas en la bioeconomía”, reza la carta.
Al mismo tiempo, las empresas afirman ser “muy conscientes de los posibles impactos sociales que pueden surgir con la transición económica”, razón por la que esperan trabajar junto con los responsables de la formulación de políticas “para apoyar una estrategia centrada en el trato justo y respetuoso de los trabajadores y las comunidades, que pueda ofrecer más oportunidades y empleos a largo plazo en la nueva economía”. Y es que, en este sentido, es muy importante la visión de futuro, ya que la reconstrucción de una economía y una sociedad más sólidas “no sostendrá solo a una generación, sino también a aquellas que vendrán, y brinda a nuestros hijos y nietos la oportunidad de vivir bien y con seguridad”.
Las propuestas de la Europa empresarial se basan en todas las investigaciones que demuestran que la inversión en descarbonización es buena para la economía, la sociedad y el clima, ya que las políticas que reducen las emisiones de gases de efecto invernadero pueden garantizar un mercado laboral más resistente y sostenible, generar mayores retornos a corto plazo por euro gastado y generar mayores ahorros de costos a largo plazo en comparación con el estímulo fiscal tradicional. Esto, según los empresarios, “también es fundamental para pagar la nueva deuda que está acumulando la UE”.
“La UE ya ha mostrado liderazgo, demostrando cómo la certeza política en torno a la acción climática puede impulsar la innovación y la inversión. Ahora se necesita un enfoque con visión de futuro que respalde la inversión en personas y regiones, aliente el desarrollo de tecnologías limpias e incentive la demanda de bienes y servicios bajos en carbono. Nosotros, como líderes empresariales e inversores europeos, quisiéramos subrayar que son exactamente estas tecnologías verdes las que impulsarán la competitividad de Europa en el mundo“, concluye la carta, que llama a los líderes europeos a “actuar ya”.
[Esta noticia fue publicada originalmente en EFE VERDE. Leer el original aquí]


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