Las restricciones chinas a las basuras destapan las carencias del reciclado

O se recicla mejor en España o las condiciones recientemente impuestas para la recepción de residuos por parte de países como China supondrán un nuevo lastre para la industria y el medio ambiente de nuestro país. Los últimos datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE), referidos a 2015, confirman que del total de residuos (domésticos e industriales) que pasan por diferentes procesos de tratamiento, solo se recicla el 53,3%. El 39,3% acaba en el vertedero y el 7,4% se incinera.
Las medidas más restrictivas anunciadas por China para impedir que entren en su mercado residuos que no considera aptos para su aprovechamiento desvelan algunas de las carencias del reciclado en España. De entrada, el país asiático no importa residuos propiamente dichos, sino materia prima en buen estado proveniente de éstos y apta para ser reutilizada en la elaboración de nuevos productos con papel, plástico o metales.
China no ha dejado de comprar, aseguran desde el gremio de la recuperación. “Lo que ha dicho es basta a unas materias primas que llegan con un grado de impureza que les obliga a deshacerse de ellas, impidiendo que se cumpla la economía circular de los residuos”, dice Santiago Molina, director del Instituto Superior del Medio Ambiente (ISM). “Lo que ha ocurrido, lo considero una buena noticia porque manda un mensaje para que se mejore la recuperación de materiales y se incorporen de nuevo al mercado”, añade.
El Ministerio de Agricultura, Alimentación, Pesca y Medio Ambiente (MAPAMA) también hizo una lectura positiva desde el primer momento, ya que, dentro de “la importancia que da el Gobierno al fomento del reciclado”, la decisión desde Pekín “va a potenciar de forma indirecta la economía circular en España, contribuyendo además a luchar contra la deslocalización industrial, de forma que los residuos generados se traten en nuestro propio país, favoreciendo la creación de puestos de trabajo”.
La Comisión Europea ha requerido a España en varias ocasiones que mejore la gestión de sus residuos. El último toque de atención lo recibió en julio de 2017, al instar al Gobierno a adoptar la normativa de la UE sobre las bolsas de plástico ligeras, en virtud de la cual algunos países como Francia e Italia ya las limitan al máximo; y al darle una advertencia final por no establecer ni revisar los planes de gestión de residuos de varias comunidades autónomas, en concreto de Baleares, Canarias, Madrid, Ciudad Autónoma de Ceuta, Aragón y Cataluña (la mayoría coincidentes con un elevado volumen de generación de basuras). En el caso de las bolsas de plástico, desde el MAPAMA afirman que “el texto se encuentra para estudio de la Comisión Europea como norma técnica; después deberá emitir dictamen el Consejo de Estado para su posterior aprobación por el Consejo de Ministros”.
Pero además del plástico, que preocupa más por su mayor potencial contaminante, es la industria de la recuperación de papel y cartón la que se vería más afectada por las medidas chinas, ya que del millón de toneladas de residuos tratados que exporta España a este país, el 78% procede de este sector, el 13% son plásticos y el 7%, cobre, con porcentajes testimoniales de aluminio y chatarras férricas.


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