Investigan nuevos films compostables acolchados para optimizar la gestión de los plásticos agrícolas

España pone en el mercado el 14% de los plásticos agrícolas de Europa. Se trata de un mercado de más de 674.000 toneladas solo para los acolchados, un producto cuya principal problemática es su valorización cuando acaba su vida útil ya que el residuo resultante está muy contaminado con entre un 30% y un 70% de residuos impropios como son la tierra, las piedras o los restos de cultivos. Por este motivo, la utilización de los plásticos compostables en este tipo de aplicaciones representan una solución de gran interés. Para optimizar su valorización en forma de compost de calidad, AIMPLAS, Instituto Tecnológico del Plástico, desarrolla el proyecto AGRO+, que cuenta con financiación de la Agencia Valenciana de la Innovación (AVI), está liderado por la empresa BENIHORT y en el que también participa el Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (IBMCP) de la Universidad Politécnica de Valencia. 
Para ello, se está desarrollando una metodología piloto que además de fomentar la utilización de films compostables propone un protocolo de gestión del residuo para convertirlo en compost que pueda ser utilizado nuevamente por los agricultores en su propia producción agrícola. Gracias a este proyecto, se podrá conocer el impacto de la utilización de este compost sobre los distintos tipos de cultivo. Esta metodología se va a validar a escala real en tres tipos de cultivos: la alcachofa de Benicarló (un cultivo al aire libre con denominación de origen protegida), el tomate (un cultivo ecológico de invernadero) y un cítrico.
Concretamente, durante el proyecto se están desarrollado y optimizando films acolchados compostables en los que se están introduciendo mejoras en los tiempos de degradación para asegurar la calidad del compost tanto al final del proceso de compostaje como en las fases intermedias. También se está desarrollando un protocolo para estandarizar la valorización de este tipo de films y se están llevando a cabo acciones de formación en el sector agrícola. 
Gracias a este proyecto, el sector agrícola valenciano podrá avanzar hacia una agricultura del siglo XXI, comprometida no solo con la calidad de los productos sino también con su sostenibilidad medioambiental. De hecho, el proyecto está totalmente alineado con los criterios de la economía circular porque permite convertir los residuos en recursos. Por ello el proyecto también contribuye al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, concretamente al número 9 que tiene que ver con la Industria, Innovación e Infraestructura, así como al número 12 para una Producción y Consumo Responsables y al número 13 Acción por el Clima ya que la optimización en el consumo de recursos contribuye a una economía baja en carbono.
[Este contenido procede de AIMPLAS]


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