Investigadores del CSIC estudiarán el impacto de la basuraleza en 140 áreas ambientalmente relevantes

SEO/BirdLife va a identificar y cuantificar la presencia de productos contaminantes provocados por la “basuraleza” (residuos generados por el ser humano y abandonados en la naturaleza) en aquellos espacios y hábitats identificados como Áreas Importantes para la Conservación de las Aves y la Biodiversidad (IBA), según ha explicado la ONG en la presentación del estudio realizado en alianza con Ecoembes. 
De las 469 IBA identificadas en España se han seleccionado 140 espacios atendiendo a los siete hábitats más representativos para garantizar la conservación de la biodiversidad europea: acuático de interior; hábitat agrícola y parameras; bosque atlántico; bosque mediterráneo; bosque de ribera; hábitat costero y de montaña; y rocoso. En las 140 IBA se van a tomar muestras de agua, suelo y excrementos de animales silvestres que serán analizados por investigadores del CSIC para detectar la presencia de fitosanitarios, metales pesados, derivados de plástico y medicamentos. 
 “Por responsabilidad, SEO/BirdLife no podía aplazar más este trabajo de investigación. La ‘basuraleza’ invade nuestra naturaleza y hemos visto la necesidad de estudiar su impacto en áreas de alto valor ecológico”, ha explicado la directora ejecutiva de SEO/BirdLife, Asunción Ruiz. Asimismo. ha añadido que además de afectar a la salud de los ecosistemas, “la ‘basuraleza’ está poniendo en peligro los recursos naturales”, que ahora podrían no ser seguros para la salud.
En una recopilación de literatura científica realizada desde el Proyecto ‘Libera’ sobre “basuraleza”, según un informe de 2016, 800 especies marinas o costeras están afectadas por ingestión de “basuraleza”. Se estima que un 17% de las especies afectadas por la “basuraleza” forma parte de la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). 
Las aves marinas, como la pardela cenicienta o la pardela balear, tampoco se escapan a esta catástrofe ambiental. Un reciente estudio calcula que el 90% de las aves marinas han ingerido plástico y, de seguir así, el número llegará al 99% en 2050Sin embargo, hay una deficiencia en el conocimiento del impacto en tierra. “Los estudios en entornos terrestres son significativamente inferiores a los realizados en el mar, parece que hay consenso en que el impacto de la “basuraleza” terrestre podría ser mayor, y tampoco podemos olvidarnos de que la mayor parte de los residuos que acaban en el océano provienen de tierra firme. Por todo esto, necesitamos saber qué pasa, porque la tierra es el origen de los residuos”, ha apuntado Ruiz. 
 
Además, se realizarán varias visitas a lo largo de un año, para registrar los residuos dispersos (posible fuente de los contaminantes) y su aparición a lo largo del tiempo. Para el desarrollo de esta caracterización se utilizará las metodologías ya establecidas por el Proyecto Libera (eLitter y Marnoba). 
 “Las IBA son nuestros espacios de referencia y queremos comprobar hasta qué punto están afectadas por compuestos contaminantes y en qué hábitats el problema es mayor. Necesitamos conocer para poder intentar revertir o disminuir el problema. La amplitud del proyecto y el componente científico le dan una fuerte solidez y una gran relevancia al estudio, que ofrecerá información novedosa y de gran utilidad para orientar el trabajo en relación con las Áreas Importantes para la Conservación de las Aves y la Biodiversidad”, ha afirmado el responsable del programa de espacios de la organización, Octavio Infante.


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