Goodyear diseña el primer neumático anticontaminación

Cierra los ojos. Estamos en el año 2050, los automóviles ya no tienen volante. El coche sin conductor se impuso hace tiempo. La gasolina, los atascos y los accidentes forman parte del pasado y la contaminación atmosférica pronto dejará de ser un problema porque Goodyear ha sacado al mercado un neumático capaz de absorber el CO2 de las carreteras que triunfa en todo el mundo.
Es el futuro limpio, seguro y sostenible con el que sueña la marca de neumáticos Goodyear (y podríamos decir sin miedo a equivocarnos que todos nosotros). “Su nombre es Oxygene y viene a revolucionar el concepto del neumático con el primer prototipo capaz de limpiar el aire de las ciudades gracias al musgo que crece de forma natural en el interior de sus paredes”, afirma Carlos Cipolliti, vicepresidente de Desarrollo de Productos para Europa, África y Oriente Medio (EMEA, en su siglas en inglés).
El nuevo neumático tiene una estructura recubierta de musgo vivo y una banda de rodadura inteligente que absorbe la humedad del entorno y el agua de la superficie de la carretera, lo que le permite hacer la fotosíntesis y, por lo tanto, liberar una gran cantidad de oxígeno al medio ambiente.
“Una infraestructura y una red de transporte más inteligente y ecológica serán cruciales para abordar los desafíos más acuciantes de la movilidad y el desarrollo urbano”, asegura Chris Delaney, Presidente de Goodyear EMEA. “En una ciudad similar en tamaño a París, con cerca de 2,5 millones de vehículos, esto significaría generar casi 3.000 toneladas de oxígeno y absorber más de 4.000 toneladas de dióxido de carbono por año”.
Pero no sólo eso, Oxigene también aspira a generar su propia energía mientras circula por las calles del futuro. Los diseñadores de este innovador neumático pretenden recolectar la energía generada durante la fotosíntesis para alimentar sus propios componentes electrónicos, según señala la compañía americana.
Inspirado en los principios de la economía circular, el prototipo de Goodyear presenta, además, una construcción impresa en 3D con polvo de caucho de neumático reciclado. La estructura es liviana, absorbe los golpes, proporciona una solución duradera, sin pinchazos y diseñada para prolongar la vida útil del neumático, reduciendo al mínimo el problema del reciclaje de las ruedas gastadas.
En definitiva, el prototipo presentado en Ginebra es la solución ideal para desplazarse por la ciudad de una manera limpia, pues reduce las emisiones de gases contaminantes, el desperdicio de materiales y la pérdida de energía. “Oxygene está destinado a desafiar nuestro pensamiento y ayudar a conducir el debate sobre la movilidad futura inteligente, segura y sostenible a otra dimensión,” ha dicho Chris Delaney. Ahora sólo falta que el proyecto Oxygene pase de ser un diseño conceptual en fase embrionaria a una realidad. Casi nada.


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