¿Está la industria del vending preparada para la prohibición de los vasos de plástico?

La prohibición al uso de vasos de plástico se ha ido extendiendo por países europeos y también por por diferentes estados de EEUU en un intento por endurecer las políticas medioambientales.
Hace años que se inició este proceso que intenta transformar la industria de un solo uso con alternativas más sostenibles, un cambio para el que ya existen un buen número de opciones en el mercado. Sin embargo, no todos los sectores de la producción y los servicios tienen la misma facilidad para adaptarse y en el caso del vending lo seguimos viendo a medida que se precipitan los acontecimientos.
“Hace bastante tiempo que existen suficientes alternativas para suplir la prohibición de los vasos de un solo uso. El mercado está preparado ya que se llevan usando materiales biodegradables y compostables varios años, el problema es su coste y que realmente valorando las dificultades que plantea su reciclaje y recuperación, no tenemos claro que supongan una ventaja medioambiental”, explica Gerardo Paredes, gerente de Riotinto Plásticos.
En lo que coinciden todas las empresas consultadas es en la demonización que se está realizando del sector cuando hay industrias mucho más nocivas en las que también se utiliza el plástico y a las que no se está señalando tan claramente como la de las vajillas de un solo uso.  Además, “muchas veces se habla con poco conocimiento ya que los que apuestan por el papel, puede ser que no sepan que también llevan poliestireno por dentro, en una cantidad pequeña, lo que dificulta mucho más su reciclaje”, aclara Paredes. En este mismo sentido se manifiesta Cales García de Melroc Solutions que apunta a que pueden ser incluso más perjudiciales para el medio ambiente estos vasos híbridos, ya que al fin y al cabo “si el plástico va a su contenedor adecuado se recicla mejor”.
Al final trasladan la responsabilidad al usuario que es el último eslabón de la cadena y de quien depende gran parte la recuperación de este tipo de materiales. “Si la gente se concienciara y usara los contenedores correctamente, todo el poliestireno se podría recuperar. Su reciclaje es sencillo y se puede emplear en infinidad de productos”, recuerda el responsable de Riotinto.

Costes de los nuevos materiales
Sin duda el principal obstáculo para la adopción de los nuevos materiales en el vending es su coste. Hablamos de artículos que pueden ser hasta tres y cuatro veces más caros que los vasos que normalmente encontramos en las máquinas. Aportan esa garantía de ser biodegradables y compostables, en algunos casos además con certificado de Comercio Justo por la materia prima que emplean, signos distintivos que repercuten de manera directa en el coste.
“Es un producto mejor, pero por ahora no se vende. El gasto lo asume casi por completo el operador y con unos márgenes tan pequeños no está dispuesto”, asegura Paredes. La opinión la corrobora Carles García de Melroc Solutions: “Ningún operador está dispuesto a gastar esa cantidad de más si hay opciones más baratas disponibles”. Y es que en este caso el medio ambiente está reñido con el precio.
Aseguran que en España no estamos preparados para este cambio de mentalidad y que las imposiciones nunca funcionan porque sí. “Tenemos un sistema de recuperación de materiales que tiene muchas lagunas, pagamos a un organismo como Ecoembes bajo la que recae esta responsabilidad, pero la población no está suficientemente coincienciada y la prueba es que estos vasos sí que se venden en otros países de Europea.
Tampoco se habla demasiado de los costes que genera recuperar un vaso de papel. “En parte no se cuenta toda la verdad ya que sí son biodegradables y compostables, pero el dineral que hay que invertir para su reciclaje es importante, igual que en recursos para lograrlo, ya que tienen plástico en su interior y hay que primero separar los materiales y luego tratarlos en plantas diferentes”, detalla el responsable de Riotinto. Recordemos que es un vaso que también tiene que ir al contenedor amarillo y no al azul como podría parecer.


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