Los fabricantes europeos de envases de cartón reducen su huella de carbono

Una vez más, y de manera sustancial en este periodo, la Federación Europea de Fabricantes de Cartón, FEFCO, ha logrado establecer el nuevo nivel de huella de carbono de esta industria en 538 kilos de CO2 equivalente por tonelada producida de cartón en el año 2018.
La medición de la huella de carbono cubre el impacto de carbono desde el principio hasta el fin del ciclo de vida de los envases de cartón, teniendo en cuenta las emisiones de gases de efecto invernadero, fósiles y biogénicos, y las emisiones del cambio directo del uso de la tierra. Esta cifra positiva representa una ventaja competitiva de este material de envases único, 100% renovable, reciclable y biodegradable, capaz de aportar beneficios para las diferentes áreas de la cadena de consumo: operaciones, logística, calidad, ventas, marketing, responsabilidad social corporativa y desarrollo sostenible.
En el marco de esta fecha marcada en el calendario de las Naciones Unidas para sensibilizar sobre la protección y mejora del medio natural, la asociación española de fabricantes de cartón recuerda que el desarrollo sostenible es una de las claves del sector. En envases, el cartón lidera las opciones que no dañan al planeta. Este material ofrece una alternativa de envase ligero y resistente, versátil, funcional, que se puede imprimir y resulta atractivo para el consumidor, y todo ello con el máximo respeto del entorno. “Llevamos años trabajando y apostando por la innovación para ofrecer un envase alternativo y superior al plástico, que respete el medio ambiente y que además resulte eficiente y rentable para los fabricantes y los distribuidores. Desde AFCO, y a través de nuestros socios fabricantes, ofrecemos al mercado una mejora para ayudar a reducir la huella total del conjunto formado por envase más producto envasado”, afirma el presidente de AFCO, Leopoldo Santorromán.
El embalaje de cartón cuenta con dos atributos únicos que le convierten en referente de sostenibilidad. Por un lado, se trata de materia prima renovable, utilizando como punto de partida la capacidad de los bosques para capturar CO2, y por otro, el reciclado que lo reconvierte en papel y cartón nuevos, retrasa el retorno de este CO2 a la atmósfera.
Durante 2018 las empresas productoras consumieron un total de 3.074 miles de toneladas de papel, para dar valor y servicio a multitud de sectores que confían en el cartón como la opción natural más eficiente para albergar sus productos. Se estima que en 2018 el principal consumo de este material en España correspondió al sector de productos agrícolas, con un 23,3%, seguido de los productos alimenticios, con un 16,4%. Por detrás se encuentran el sector de las bebidas (15%), junto con el del audio, la electrónica y la automoción (8,7%). En ese sentido, en la solución que pueden aportar las empresas al cambio climático es clave la correcta elección de envases para su actividad.
“Sin cartón no se entiende la economía circular. Somos ejemplo del máximo aprovechamiento de recursos. Nuestro punto de partida es el papel, una materia prima que proviene de la madera de bosques cultivados y del reciclaje de papel y cartón ya usados, por lo que nuestro material vuelve al circuito una y otra vez. La propia Ley de Residuos de 2011 cita al cartón como ejemplo de envase sostenible e insta a su uso cada vez mayor en la distribución comercial” concluye Santorromán.


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