Inversiones sostenibles: rentabilidad empresarial y lucha contra el cambio climático

Alinear los beneficios de las empresas con una senda de crecimiento sostenible hace que el apetito inversor del sector privado pase por financiar proyectos de energía renovable y que las entidades cuantifiquen de forma más precisa los riesgos climáticos en toda la cadena de valor para alcanzar los objetivos de descarbonización marcados por los compromisos nacionales e internacionales.
Así lo han explicado representantes del sector privado pertenecientes a diversos sectores económicos, como el energético, sanitario, financiero o de la construcción que han participado hace escasos días en el encuentro ‘Empresas españolas ante el reto de la descarbonización’ organizado por Forética y conducido y moderado por EFEverde, para evaluar las tendencias clave abordadas en la reciente COP26 de Glasgow (Reino Unido), desde la perspectiva de las empresas.
La jornada, moderada por el director de EFEverde, Arturo Larena, ha arrancado con la intervención de Germán Granda, director de Forética (organización que representa a unas 200 grandes compañías y multinacionales españolas ante el desarrollo sostenible), que participó presencialmente en la COP26 y para quien la ambición climática “ha mejorado, pero no lo suficiente”. A pesar de que se lograron avances en cuestiones como “los mercados de carbono, el metano o la protección de los bosques”, Granda considera “no demasiado ambicioso” deshacerse solo de las “inversiones ineficientes en combustibles fósiles”.
Antes de dar paso a la primera mesa de debate de la jornada, la directora de la Oficina Española de Cambio Climático (OECC), Valvanera Ulargui, ha señalado que “el compromiso de las cero emisiones netas para 2050”, es un objetivo que constituye “la estrella polar” que guiará la acción climática en el mundo empresarial. En la primera mesa redonda, sobre “Realidad nacional”, Julia Moreno, la manager del clúster de cambio climático de Forética, ha desgranado las conclusiones del informe Cero emisiones netas: las empresas españolas ante el reto de la descarbonización, en el que han participado 60 empresas que representan medio millón de empleados en España.
El documento refleja que el talón de Aquiles de la descarbonización empresarial está en “la medición de la huella de carbono total”, ya que “solo un 30 % de las compañías miden sus emisiones de manera completa”, siendo la principal dificultad la medición de “las emisiones de alcance 3”, es decir, aquellas generadas indirectamente mediante “inversiones, compra de productos o servicios y viajes de los empleados”, entre otros procesos, ha señalado Moreno.
El director de regulación y asuntos públicos de ENGIE, Daniel Fernández, ha asegurado que “el apetito inversor del sector energético español está alineado con los compromisos públicos”, sin embargo, ha destacado, “hay que aumentar la generación de electricidad de origen sostenible”, algo que se materializará con una progresiva penetración de renovables, con “unos 2000 megavatios eólicos y 4000 megavatios fotovoltaicos anuales hasta 2030”, porque “el camino acelerado es la inversión en renovables”.
Giuseppe Chiericatti, director general del grupo farmacéutico internacional Chiesi España, ha explicado que el desafío de la descarbonización requiere “balancear las necesidades de los pacientes y del planeta”, mediante la inversión en “inhaladores bajos en carbono” para los enfermos de asma y EPOC, dolencias “que afectan a 6 millones de personas en España”, ya que emplean gases propelentes nocivos para el medio ambiente.
El director de sostenibilidad de la cementera LafargeHolcim, Raúl Pérez, ha destacado que para borrar la huella de carbono de su sector, que representa “el 6 % de las emisiones de GEI a nivel mundial”, la empresa ha decidido darle un impulso a la economía circular mediante el desarrollo de “hormigones que recogen agua de lluvia o que disipan el calor urbano” y de proyectos de “fertilización carbónica en la huerta almeriense” a partir del CO2 capturado.
En la segunda mesa de debate han participado la responsable del clúster de transparencia, buen Gobierno e integridad de Forética, Raquel Canales, los responsables de sostenibilidad de Bankinter y Nestlé, Jose Antonio Barberá y Pedro Ruiz, respectivamente, así como el encargado de cambio climático de Naturgy, Amado Gil. Ha destacado que “El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) marca el camino”, ya que “establece que la generación eléctrica con gas va a aumentar por el abandono del carbón y la nuclear”, por lo que considera “importante” que la Comisión Europea “considere al gas una actividad alineada con la transición energética”.
Barberá ha coincidido en que el desafío es “alcanzar la neutralidad de la actividad financiera e inversora”, algo que será cuantificado por los “test de estrés climático” a los que el Banco Central Europeo someterá a las entidades financieras del Viejo Continente.
Ruiz ha detallado que Nestlé ha decidido medir la huella de carbono de toda la cadena de valor, pasando por el cultivo, el transporte, el packaging y la distribución por medio de herramientas homologadas para la medición, con el fin de implantar la reducción de la huella de carbono y hacer una nueva medición. Actualmente, “Nestlé financia medidas para que los proveedores españoles de la cornisa cantábrica puedan reducir su huella de carbono”, según Ruiz, mediante “plantas fotovoltaicas, modificaciones en la alimentación del ganado”, o planes para “convertir las granjas en sumideros de carbono” financiadas a medias con los ganaderos. 
[Este contenido procede de EFE VERDE. Lee el original aquí]

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