Canarias: Planean crear un observatorio de basura marina en Fuerteventura

Cada año, unas ocho toneladas de residuos plásticos llegan al océano. El mar de Fuerteventura no se libra de esta pandemia: microplásticos, restos de naufragios, redes de pesca…, que ponen en peligro la salud, arrastran consecuencias económicas y castigan a la fauna marina y sus hábitats. Ahora, la Reserva de la Biosfera majorera planea crear el Observatorio de la Basura Marina, una iniciativa que tiene como objetivo monitorizar la cantidad de desechos que existen en los espacios marinos de la Red Natura 2020 y en el ámbito marino de la Reserva, a través de sinergias entre pescadores y asociaciones vinculadas a la lucha contra el plástico y turismo.
El oceanógrafo Juan Baztán fue uno de los primeros en demostrar la problemática del plástico en Canarias. Su estudio demostraba que este tipo de residuos llegaba, prácticamente, a todas las playas de Fuerteventura y Lanzarote, aunque la concentración era mayor en la zona oeste de las Islas, la más expuesta a las corrientes del Atlántico norte, el mayor transportador de basuras hacia Canarias. Hace dos años, la científica marina Bárbara Abaroa alertaba en la investigación Evaluación de la tasa de contaminantes químicos persistentes en microplásticos marinos en la costa de Fuerteventura, de cómo entre el 60 y el 80% de los contaminantes en microplásticos que aparecen en las playas de la costa oeste son pesticidas. Entre ellos el BCH, prohibido hace 30 años por su peligrosidad, además de diferentes contaminantes considerados por el Convenio de Estocolmo cancerígenos y mutagénicos.
Tras analizar 10 playas isleñas, la investigadora majorera llegaba a la conclusión de que la playa donde se encontraron microplásticos con mayor tasa de contaminantes era Vigocho, en la costa oeste, donde se localizaron seis tipos de PCB, 10 de pesticidas y cuatro de hidrocarburos. Por otro lado, la aparición de tortugas marinas con heridas ocasionadas por artes de pesca o con restos de plástico tras su ingesta sirven para alertar del daño que estos desechos están produciendo en la fauna marina que transita por los mares.
La intención de la Reserva de la Biosfera de Fuerteventura es ahora dar un paso al frente en la lucha contra los residuos marinos, a través de un proyecto que sentará en la misma mesa a varios actores implicados en la basura marina: grupos científicos de las dos universidades canarias, representantes del Instituto Oceanográfico español, asociaciones activas en la lucha contra el plástico, pescadores y buceadores. El proyecto permitirá monitorizar la basura marina que llega a las costas. Para ello, se aplicará una metodología específica con un protocolo de recogida, clasificación y pesado de los residuos recogidos en las playas y en el océano. La iniciativa permitirá saber las problemáticas a las que se enfrenta el medio por la presencia de este tipo de residuos.
Bárbara Abaroa es, junto al gerente de la Reserva de la Biosfera de la Isla, Tony Gallardo, una de los responsables del proyecto Observatorio de la Basura Marina que ha sido presentado a la convocatoria de subvenciones del programa Pleamar 2020 de la Fundación Biodiversidad. La joven explica que este monitoreo de basura marina “va a servir para predecir qué playa va a ser la más afectada después de un temporal, cómo va a funcionar la Isla con respecto a las basuras marinas, cuáles son las estaciones del año en las que más basura llega al litoral y, sobre todo, cómo poder actuar”.
“Además, gracias a la colaboración del Instituto Oceanográfico y de las dos universidades canarias tendremos un apoyo técnico a la hora de interpretar estos datos y servirá también para estudiar la contaminación que viene adherida a los microplásticos que llegan a la Isla; aportará información a proyectos científicos que están en desarrollo relacionados con la basura marina y permitirá implantar regulaciones con las que poder luchar contra este tipo de residuos”, explica. Abaroa señala que “los pescadores, sobre todo los de pesca recreativa, son los que más interés han mostrado en colaborar con el proyecto. Se convertirían en pescadores de basura marina”. Con su ayuda se recogerán, clasificarán y pesarán los residuos que se encuentren en las aguas de la Isla.
La intención de los coordinadores del proyecto es crear puntos limpios en las dársenas pesqueras de los principales puertos. El proyecto hará hincapié en la recogida de artes de pesca abandonadas que producen cientos de muertes al año a través de lo que se conoce como pesca fantasma, redes de pesca que se dejan en el océano para que sigan pescando, aunque no se sabe cuál es su alcance. En costa, colectivos de voluntarios harán barridas de limpieza para recoger la basura que las corrientes arrastren hasta la orilla. “Con la implicación de asociaciones y pescadores, se hará una base de datos y podremos hacer un análisis y una comparativa de lo que se encuentra en mar abierto y costa”, apunta la responsable del proyecto.
El estudio realizado por Abaroa en 10 playas de la Isla dejó a la vista que la línea de costa está marcada por residuos de plástico. La zona oeste tenía una cantidad “alarmante” de microplásticos en todas las playas, mientras que en la parte este predominaban los macroplásticos, es decir, aquellos pedazos mayores de cinco milímetros. Los porcentajes más elevados de contaminantes adheridos a los microplásticos procedían de pesticidas e hidrocarburos. El Observatorio de la Basura Marina permitirá también clarificar qué tipos de contaminantes pueden llegar adheridos a los microplásticos que arriban a la Isla.
Se establecerá una colaboración con la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria para estudiar la cantidad de contaminantes químicos persistentes que pueden existir en las muestras recogidas. Además, se tratará de determinar el impacto de la basura marina en las diferentes especies que varan en la costa. Desde la Reserva de la Biosfera recuerdan que Fuerteventura recibe cada año cientos de especies que sufren varamientos en las playas. Entre ellos, cetáceos como delfines, calderones o ballenas, pero también tortugas marinas.
En este sentido, la idea es realizar un control de cada varamiento y un estudio de la zona para comprobar si existían residuos alrededor y cotejarlos con la necropsia o recuperación del animal. Además, la iniciativa contará con la colaboración de Calderones Grises de Fuerteventura. Junto a esta asociación, que se encarga de estudiar el comportamiento de la colonia de este tipo de cetáceos existentes en aguas majoreras, se abrirán vías de análisis para conocer si la población está recibiendo interacciones con las basuras marinas.
A la vez, se trabajarán líneas de concienciación y sensibilización a través de campañas que reforzarán iniciativas como la prohibición de los plásticos de un solo uso en la UE a partir de 2021. “El proyecto nos va a dar los suficientes datos para ayudarnos a concienciar a la población. Si se fomenta la información sobre el problema, se pueden implementar determinadas regulaciones, como prohibir el plástico de un solo uso o pedir al sector hotelero que empiece a invertir en diferentes materiales biodegradables”, apunta la científica marina de la Reserva de la Biosfera majorera. La intención es controlar el tráfico de basura en los espacios marinos de la Red Natura 2020 y de la Reserva de la Biosfera. De esta manera, la iniciativa se centrará en el espacio marino de La Bocayna, el entorno de la baja de Amanay y El Banquete, los sebadales de Corralejo y la playa de Sotavento, en Jandía.
[Esta noticia fue publicada originalmente en Diario de Fuerteventura. Lee el original aquí]


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