CNMV avisa: las finanzas sostenibles viven un buen momento pero España puede quedarse atrás

La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) considera que la inversión en ESG (siguiendo criterios, medioambientales, sociales y de gobernanza) es un “tren que no se debe dejar pasar”, pero al mismo tiempo reconoce que el sector de fondos de inversión nacional podría estar falto de “agilidad” para crecer al ritmo al que lo está solicitando ahora mismo una demanda en aumento. Así lo ha reconocido la vicepresidenta de la CNMV, Montserrat Martínez Parera, durante la inauguración del primer “Foro de elEconomista Inversión ESG y financiación sostenible” que se celebró a finales de noviembre en Madrid. 
“Como supervisor somos bien conscientes de esta problemática y hemos tratado de ofrecer flexibilidad y hemos publicado directrices y guías al sector. Adicionalmente, el sector privado debe dedicar recursos y esfuerzos para no quedarse atrás. En términos de fondos de inversión, los datos en España apuntan a que existe el riesgo de que nuestro país no esté siendo lo suficientemente ágil para no quedarse atrás”, ha señalado Martínez Parera. Según apunta la CNMV, en estos momentos, existen 154 fondos de inversión en España que se declaran como fondos sostenibles, de los que siete son los que tienen como objetivo directo el ESG. “Esto representa el 17,4% del patrimonio de los fondos de inversión. No cabe duda de que el sector se va adaptando, pero este porcentaje es algo inferior a la media europea y está por debajo de las cifras que se observan en otras jurisdicciones relevantes”, continúa la vicepresidenta del máximo órgano regulador, que considera, además, que el porcentaje de fondos sostenibles comercializados en España proviene en parte de productos de gestoras extranjeros que se comercializan aquí. “Animo, por tanto, al sector a mantener el dinamismo que le caracteriza y a adecuarse también a la demanda”, afirma. “Es un desafío que reconocemos en el ámbito europeo e internacional. Lo que queremos es que el sector crezca y que lo haga desde el punto de vista de la confianza para encontrar el equilibrio entre la oferta de productos sostenibles y hacerlo siendo fieles a la categoría del producto”, reconoce Martínez Parera. 
Durante su intervención, la vicepresidenta de la CNMV ha reconocido además parte de culpa por parte de los reguladores europeos. “El principal desafío al que se enfrenta el sector es que el marco regulatorio que se está construyendo es todavía imperfecto, está incompleto, aunque se ha avanzado mucho”. La velocidad a la que está creciendo la ESG como criterio de inversión está generando “dos problemas” a ojos de la CNMV: el primero de ellos “la falta de datos e información”, y un segundo, derivado del anterior, que “cuando existe, esa información nos está estandarizada y no es comparable”. Algo que no es óbice para un crecimiento muy relevante de este tipo de productos vinculados a la responsabilidad social corporativa. Según datos de la CNMV, en la Unión Europea la emisión de bonos sostenibles está creciendo a un ritmo superior al 40% anual, con un saldo total de 890.000 millones de euros. Además, en los últimos cuatro años los fondos de inversión con etiqueta sostenible han doblado su patrimonio hasta alcanzar los 1,5 billones bajo gestión.
“No cabe duda que todos tenemos encima de la mesa una agenda que viene derivada de la agenda política y regulatoria internacional que está siendo un catalizador de la inversión sostenible”, afirma Martínez Parera. “El objetivo último de la regulación es ayudar a las economías hacia la transformación para la que, obviamente, se necesitan grandes inversiones de recursos. La Comisión Europea estima las inversiones extra anuales en 350.000 millones de euros para los objetivos de emisiones de 2030 en energía, además de los 130.000 millones adicionales para el resto de objetivos”. 
[Este contenido procede de El Economista. Lee el original aquí]

Source: 2