Los niveles de contaminación industrial se mantienen en niveles anteriores a la crisis del coronavirus

Pese a la vuelta a una relativa normalidad, los niveles de contaminación de la industria española, reactivada de forma escalonada tras su paralización por la COVID-19, resisten por debajo de los umbrales tradicionales previos a la crisis sanitaria, según los expertos.
Con una actividad industrial que no se ha reactivado al cien por cien, y en la mayoría de los casos sin haber recuperado la capacidad previa a la crisis, los niveles de contaminación actual siguen sin corresponderse con los de hace un año”, ha afirmado Fernando González, director técnico de inspecciones medioambientales para España y Portugal de la consultora TÜV SÜD, en una nota.
“La ralentización de la actividad industrial ha supuesto una evidente reducción del nivel de emisiones, aunque algunos sectores concretos como la industria farmacéutica y agroalimentaria han aumentado su producción”, explica el experto, quien reconoce que es difícil la evaluación global de los niveles de contaminación dado que la vuelta a la actividad ha coincidido con el periodo vacacional en el que aquella suele reducirse.
Durante la pandemia, la limitación de los desplazamientos y la reducción de la actividad industrial derivada del estado de alarma supuso una mejora sin precedentes en los niveles de calidad del aire de las ciudades españolas hasta alcanzar el récord mínimo mensual en abril de 2020, según los indicadores oficiales.
“A pesar de la vuelta a la normalidad, los niveles de contaminación industrial se mantienen por debajo de los valores previos a la pandemia”, señala González, para quien el control de los contaminantes atmosféricos es una de las claves para reducir el número de personas que cada año mueren prematuramente por la polución y los riesgos vinculados con enfermedades respiratorias, que han alcanzado “un nuevo rango en la escala de prioridades”.
Los expertos recomiendan cumplir con la regulación vigente, marcada por las directivas europeas y evaluadas y controladas por las redes de calidad del aire, así como realizar un seguimiento de los ensayos analíticos normalizados y del control de emisiones industriales a través de las entidades autorizadas.
Se pide además adaptar los planes de movilidad hacia un nuevo paradigma que permita reducir la congestión, la contaminación, las emisiones de gases de efecto invernadero y el ruido en las ciudades, tal y como sugieren las instituciones competentes. Asimismo se insta a una regulación de las emisiones industriales más exigente, porque aunque el marco regulatorio está bien definido y avanza cada año, “todavía queda mucho por hacer”, según el experto.
[Esta noticia fue publicada originalmente en EFE VERDE. Lee el original aquí]


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