La pandemia, un refuerzo para incorporar la sostenibilidad en la cadena de suministro de las empresas

La pandemia de la COVID-19 ha puesto en jaque las economías y muchísimos sectores de actividad y uno de los impactos más significativos tuvo lugar en las cadenas de suministro a nivel mundial. La pérdida de libertad de movimiento y el abrupto parón de los sistemas productivos, logísticos y comerciales, derivaron en escasez de productos y retrasos en las entregas. Se hace necesario pues, un debate sobre la sostenibilidad y la necesaria diligencia de las organizaciones sobre sus cadenas de suministro que son cada vez, más globales.
Por esta razón y por una creciente presión normativa en materia de sostenibilidad, es imperativa una reflexión y un análisis exhaustivo de las prácticas actuales del tejido empresarial en cuanto a la gestión de su cadena de suministro. A esta inquietud pretende responder el informe La sostenibilidad en la cadena de suministro, realizado por EY y Ecovadis para lo cual se han analizado datos procedentes de más de 16.000 empresas calificadas por Ecovadis entre 2018 y 2020.
En aspectos como los sistemas de gestión en la cadena de suministros, el informe concluye que, aunque un 10% de las empresas españolas evaluadas tiene políticas de compras que vigilan tanto aspectos ambientales como sociales, el 50% no dispone de ninguna política de compras sostenibles. Como datos positivos, cabe destacar que el 26% cuenta con un código de conducta en materia de sostenibilidad específico para proveedores y que un 19% incluye cláusulas de sostenibilidad en los contratos comerciales con los mismos.
En cuanto a las herramientas de evaluación utilizadas en la cadena de suministros, el 35% de las empresas analizadas lleva a cabo evaluaciones auto declarativas regulares de los proveedores en materia social o ambiental, y casi un 6% realiza análisis de riesgos pormenorizado por categoría de compra. Además, las auditorías son las herramientas utilizadas por casi un 9% de las empresas, en comparación con el 14% a nivel mundial.
En palabras de Alberto Castilla, Socio responsable de Sostenibilidad de EY, “la pandemia de la COVID-19 ha puesto de manifiesto que la gestión sostenible de la cadena de suministro es clave para la continuidad de la actividad de las empresas ya que permite gestionar mejor los riesgos y limita sus problemas de negocio. En los próximos meses veremos un aumento de la presión regulatoria que emana directamente de la legislación creciente alrededor de la responsabilidad corporativa que se desarrolla en el plan marco de la UE por la transformación verde y sostenible”. Por ello, añade, “se hace necesario llevar a cabo una monitorización constante y exhaustiva de la regulación presente y futura que, de forma directa o indirecta, pueda ejercer una influencia en la gestión de la cadena de suministro, como eslabón fundamental de las cadenas de valor responsables. Las consecuencias de no hacerlo van desde sanciones, hasta riesgos reputacionales que toda organización debe evitar para no comprometer su viabilidad en el medio plazo”.
El contexto normativo que afecta a la gestión de la cadena de suministro evoluciona en dos ámbitos principales: la debida diligencia y la divulgación, leyes que contemplan, por ejemplo, que deban detallarse la estructura de la organización y el modelo de negocio y las cadenas de suministro asociadas al mismo. Además, también requieren del desarrollo de políticas internas y estándares en la cadena de suministro relacionados con el trabajo forzoso y el tráfico, así como la divulgación de los esfuerzos realizados en materia de debida diligencia en estas materias.
[Esta noticia fue publicada originalmente en Corresponsables. Lee el original aquí]


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