Alertan de los riesgos para los peces de la presencia de restos de anticonceptivos y fármacos en el agua

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha advertido de la “feminización” de peces y anfibios de sexo masculino por los rastros de anticonceptivos orales en los sistemas de agua dulce de todo el mundo, que alteran su sistema hormonal (disruptores endocrinos) y les provocan características femeninas. “Las pruebas de laboratorio y de campo muestran rastros de anticonceptivos orales que causan la ‘feminización’ de peces y anfibios, así como residuos de fármacos psiquiátricos que alteran el comportamiento de los peces”, ha alertado el organismo internacional en un reciente informe publicado bajo el título Pharmaceutical Residues in Freshwater.
Varios estudios han evidenciado los desechos químicos vertidos en ríos pueden ‘feminizar’ a los peces. Por ejemplo, trabajos realizados en las aguas francesas del Sena y el Ródano, con el aval de las autoridades de París y Lyon (Francia) lo confirman. “Algunos detergentes industriales, plastificantes y sobre todo hormonas humanas y desechos médicos vertidos en las aguas e ingeridos por los peces son responsables de esta ‘feminización'”, concluyó el CEMAGREF, que depende de los Ministerios franceses de Investigación y Agricultura. Otra investigación liderada por el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (Idaea-CSIC) y el Centre de Recerca Ecològica i Aplicacions Forestals (CREAF) advirtió de que la contaminación atmosférica está ‘feminizando’ a los peces de lagos remotos de alta montaña en Europa. “Se podría decir que los peces machos tragan píldoras anticonceptivas involuntariamente”, comentó uno de los investigadores.
Ante esta situación, la OCDE pide en su informe una “mayor colaboración y rendición de cuentas” a nivel internacional, así como propone medidas para prevenir y remediar los problemas que surjan. “Los productos farmacéuticos son esenciales para la salud humana y animal, pero se reconocen cada vez más como una preocupación medioambiental cuando entran en los sistemas de agua dulce”, advierten en su documento.
Según datos de varios estudios que recogen en su informe, 2.000 ingredientes activos utilizados actualmente en productos farmacéuticos humanos y veterinarios nunca han sido evaluados en cuanto a riesgos ambientales. Además, el 10% de los productos farmacéuticos tienen el potencial de causar daños al medio ambiente, y entre el 30 y el 90% de los ingredientes cuando los seres humanos y los animales ingieren medicamentos son excretados como sustancias activas en el sistema de alcantarillado o en el medio ambiente. En concreto, aseguran que se han detectado residuos de productos farmacéuticos, como hormonas, antidepresivos y antibióticos, en aguas superficiales y subterráneas de todo el mundo. Centrándose en la importancia de los antibióticos, apuntan que su uso “incorrecto y excesivo” es también un “factor importante” que contribuye a la resistencia a los antimicrobianos. “Esta es una crisis sanitaria mundial con un enorme potencial para la salud, la seguridad alimentaria y la economía”, argumentan.
“La resistencia a los antimicrobianos, vinculada al uso excesivo de antibióticos, se ha convertido rápidamente en una crisis sanitaria mundial y, a menos que se tomen medidas adecuadas para gestionar los riesgos, los residuos farmacéuticos se liberarán cada vez más en el medio ambiente a medida que el envejecimiento de la población, los avances en la atención sanitaria y la intensificación de la producción de carne y pescado estimulen la demanda de productos farmacéuticos en todo el mundo”, resume la OCDE.
El director de Medio Ambiente de la OCDE, Rodolfo Lacy, ha apuntado a una serie de medidas para el desarrollo sostenible y proteger el medio ambiente al mismo tiempo: “La promoción de prácticas de higiene para reducir la incidencia de infecciones y enfermedades, el fomento del diseño y la producción sostenibles de productos farmacéuticos, la sensibilización sobre el uso y la eliminación responsables de los productos farmacéuticos y la mejora de la vigilancia del medio ambiente y la evaluación de los riesgos de estos productos. 


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