22 países iberoamericanos lanzan su propia agenda ambiental e instan a cumplir el Acuerdo de París

Aunque la mayor parte de la negociación climática internacional se centra en Naciones Unidas y las COP, cada vez hay más foros regionales que, ante la dimensión del problema, comienzan a centrarse en los desafíos ambientales. Esta semana ha sido el turno de Iberoamérica: los ministros de Medio Ambiente de los países latinoamericanos y de la península ibérica han acordado en la sesión preparatoria de la XXVII Cumbre Iberoamericana de Andorra crear durante ese evento internacional una agenda ambiental regional que marque unas líneas comunes para todos los países. Además, en un comunicado conjunto, han instado a las naciones que forman parte de este club a “reafirmar sus compromisos de acción climática” para dar cumplimiento al Acuerdo de París.
Los titulares de las carteras ambientales iberoamericanas no se encontraban desde hace once años, pero debido a la pandemia tuvieron que realizar la reunión de manera telemática. Pero, a pesar de las complicaciones, ha sido relativamente sencillo encontrar un consenso ambiental y exhortar conjuntamente a los países “a articular una hoja de ruta que guíe las acciones de Iberoamérica por la protección del medio ambiente, afianzando las alianzas estratégicas con organismos y redes iberoamericanas existentes”.
Según la declaración adoptada por los 22 países, los Estados han acordado “reafirmar sus compromisos de acción climática”, así como presentar “estrategias a largo plazo para un desarrollo con bajas emisiones de gases de efecto invernadero” para poder cumplir con el Acuerdo de París. Eso sí, piden “respetar” el “principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas y las capacidades respectivas, a la luz de las diferentes circunstancias nacionales”, es decir, tener en cuenta la situación económica y social de cada país antes de exigir recortes de emisiones.
El objetivo no es otro que “dar continuidad a la dimensión medioambiental” en las siguientes Cumbres Iberoamericanas de jefes de Estado y de Gobierno. La de Andorra, que inicialmente se iba a celebrar en 2020 pero tuvo que ser pospuesta al año siguiente por la pandemia de coronavirus, supondrá por tanto un hito regional no solo por ser la primera que se celebra en más de una década, sino porque marcará el inicio de una agenda ambiental propia para Iberoamérica. De hecho, el lema del encuentro es “Innovación para el desarrollo sostenible – Objetivo 2030. Iberoamérica frente al reto del coronavirus”.
La secretaria general iberoamericana, Rebeca Grynspan, ha valorado, en declaraciones a EFE, que el hecho de que 22 países, entre los que existen “diferencias”, acordaran una declaración conjunta, ayuda a que la región “pueda hacer más” que lo que lograría cada nación por su cuenta. “Creo que hay que valorar esta declaración, porque viene de un espacio de cooperación que sabe que hay muchos temas en los que no podemos avanzar a menos que los pongamos dentro de un espacio colectivo, el avance que cada país puede hacer por si solo es menor que el que podamos hacer de manera conjunta”, ha manifestado.
“Veníamos once años de no tener una reunión de ministros de Medio Ambiente y con los cambios que se han suscitado en la última década tiene aún más valor porque había que renovar la agenda iberoamericana y de hecho crear una primera agenda medioambiental y de cambio climático“, ha enfatizado. Por el momento, será la Secretaría General Iberoamericana (Segib) la que, a petición de los países de la región, estará encargada de confeccionar esta agenda durante 2021 y 2022.
En total, tres grandes temas regirán este recorrido: la biodiversidad y la gestión integrada de los servicios ecosistémicos, un cambio de modelo de producción y consumo y el lanzamiento de políticas públicas innovadoras para una transición ecológica justa. Además, entre las acciones que construirán la agenda están “promover el intercambio de información ambiental, la cooperación y la coordinación de las redes iberoamericanas” y definir “unas líneas de acción iberoamericanas para responder a los desafíos del cambio climático y la pérdida de biodiversidad”.
Por su parte, España ha destacado la necesidad de lanzar “un mensaje ambicioso, firme y coherente con el Acuerdo de París, los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la recuperación económica, ambiental y social”, según una nota de prensa del ministerio de Transición Ecológica. Y es que, según la representación española, la crisis de la COVID-19 ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de los sistemas económicos y sociales de los países iberoamericanos. Por ello, su secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, ha defendido “un mayor y más firme compromiso con la agenda climática y ambiental para hacer frente a problemas globales como la pérdida de biodiversidad, el cambio climático, los desastres naturales y los desastres ambientales”.
[Esta noticia fue publicada originalmente en El Ágora. Lee el original aquí


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